La plataforma de streaming Netflix se ha convertido en una de las empresas audiovisuales más potentes en todo el mundo, con una capacidad de crecimiento y creación jamás antes vista en ninguna otra empresa del sector. Hablamos de un sistema de vídeo por suscripción que ofrece cientos, miles de títulos de todo tipo, desde series hasta documentales, pasando por cortos y películas, con estrenos exclusivos y grandes clásicos, en más de 180 países. Una serie que se estrene hoy en Netflix cuenta con una distribución internacional absoluta, lo cual era un simple sueño hasta hace poco para muchos creadores. De hecho, la compañía está logrando, junto a otras como HBO o Amazon Prime, cambiar la manera en la que consumimos la televisión gracias a su producción propia.

Cada semana, Netflix propone nuevos estrenos, tanto propios como de series o películas que decide unir a su catálogo. Algunos llegan con una gran promoción detrás, con el intento de la plataforma por darlo a conocer, entendiendo que puede ser un producto realmente potente, como ha ocurrido con Sabrina, Stranger Things o La Maldición de Bly Manor. Otros, sin embargo, corren el peligro  de perderse en el inmenso catálogo que Netflix posee, absolutamente inabarcable incluso para el más cinéfilo o seriéfilo. Por fortuna, la crítica o los propios usuarios se encargan de rescatar esas pequeñas joyitas que tal vez se nos hayan escapado. Así ha ocurrido con His House, llamada en español Casa Ajena, una película de terror donde lo social y lo sobrenatural se dan la mano en una historia que ya es catalogada por muchos como la mejor película de terror del año. ¿Es para tanto? Analicemos la película más a fondo para entender su éxito.

Cuando una película tiene éxito en taquilla, es natural que su productora quiera aprovecharlo sacando alguna secuela, para ver si el tirón sigue funcionando. Lo que ya no es tan habitual es encontrarnos sagas y franquicias con ocho películas en su haber, en apenas década y media. Algo que solo está al alcance de algunos slashers de los 80, como Viernes 13 o Pesadilla en Elm Street, y que en nuestros tiempos se ha repetido solo en un par de ocasiones a nivel comercial. La primera es Harry Potter, la inmensamente conocida adaptación de los libros de J.K. Rowling, y la segunda es Saw, una saga totalmente diferente en la que la violencia, el suspense, el terror y el gore son los protagonistas. El éxito comercial del primer filme de esta franquicia tomó desprevenidos incluso a sus artífices, que sin embargo, supieron seguir dándole más mecha a la historia.

Y es que poco podían imaginar James Wan y Leigh Whannel que aquel desaforado producto de torture porn se iba a convertir en uno de los éxitos más importantes de toda la década, redefiniendo, junto a Hostel, una nueva manera de entender el terror, más sucio, más gore, más explícito. Cuando el director malayo y su compañero guionista tuvieron la idea para Saw, esta simplemente era un pequeño corto en el que eso sí, ya dejaban bien claras sus intenciones. Casi dos décadas después, con ambos asentados ya como estrellas dentro del género, la saga sigue siendo ineludible para los amantes del terror más extremo. Aquí te vamos a contar toda la trayectoria de la franquicia Saw y su evolución en estos años.