Hay personas que piensan que el cine debe servir para inculcar ciertos valores, para enseñar, para generar incluso debate sobre temas muy controvertidos. Otros entienden que es simple entretenimiento, y que no debería pasar de eso. Vas a la sala a ver una película y a dejarte llevar, olvidándote durante un par de horas de tu vida. Ya hay demasiados problemas ahí fuera como para que tu tiempo de ocio esté dominado también por ese tipo de diatribas. Y sin embargo, lo que nadie duda es que más allá del show o el entretenimiento, de la propia industria, el cine es arte. Y lo es no solo por la estética, sino también por el mensaje. Las películas que hoy son consideradas clásicos, las que se siguen viendo décadas después, atrayendo a nuevos espectadores, influenciando a nuevos creadores. Todas ellas van mucho más allá de ser simple ocio, por lo que expresan, por lo que dicen, incluso por cómo lo dicen.
El cine tiene esa doble vertiente, de permitir a los espectadores profundizar sobre un tema, un mensaje, o quedarse en la superficie. Las películas de la productora Pixar son un ejemplo perfecto de esto, ofreciendo diversión a los más pequeños, pero también profundidad a sus padres y adultos. Hay géneros en los que esto suele ser menos habitual, como el drama, donde casi siempre hay un mensaje profundo que recorre toda la trama y se filtra a través de cada diálogo. Pero últimamente se está desarrollando mucho un género que mezcla comedia con drama, en historias tragicómicas que suelen funcionar muy bien en taquilla entre el público adulto. Son películas maduras, que hablan sobre los grandes temas vitales combinando buenos argumentos y diálogos realistas e interesantes. El cine inglés es uno de los mayores exportadores de este género, por la facilidad que siempre han tenido los británicos a la hora de moverse entre el humor y el drama como pez en el agua. Uno de los últimos ejemplos es Buena Suerte, Leo Grande, filme protagonizado por la siempre maravillosa Emma Thompson, que en este caso comparte protagonismo con el joven Daryl McCornack. Una historia diferente y centrada en una mujer madura que busca su primera experiencia sexual real con un joven gigoló…
Una producción británica
Reino Unido sigue siendo toda una potencia cinematográfica, ya sea en coproducciones con Hollywood o en películas propias, como es el caso de este proyecto. Buena Suerte, Leo Grande es la demostración del inmenso talento que hay en el cine británico, tanto delante como detrás de las cámaras. En el guión encontramos a Katy Brand, conocida por tener su propio show en la TV inglesa en 2007. La escritora se desarrolló más como actriz en varios proyectos, pero este guión ha sido muy alabado tanto por el público como por la crítica. En la dirección está Sophie Hyde, que ya tenía experiencia previa en proyectos menores. El nombre que más destaca, sin embargo, es el de Emma Thompson, ganadora de dos Oscars y uno de los mitos vivientes del cine británico.
La historia de Leo Grande
La película nos pone en situación nada más empezar, mostrándonos a Nancy Strokes, una maestra jubilada de 55 años que acaba de quedarse viuda. Como tantas otras mujeres de su edad, Nancy ha tenido una vida tranquila y apacible con un esposo que, en realidad, era más un compañero que un amante. Una vez su marido ha fallecido, ella siente la necesidad de explorar nuevos caminos sexuales. Es por eso que decide contratar a un profesional, un gigoló llamado Leo Grande, precisamente porque su nombre le parece exótico y muy apropiado. Es un chico mulato con muy buen cuerpo y una sonrisa encantadora, o así al menos lo parece en las fotos. Nancy decide quedar con Leo en la habitación de un hotel, y cuando él se presenta, ella siente que es incluso más atractivo en persona.
Nancy tiene muy claro su objetivo: disfrutar como nunca de una experiencia sexual completa. De hecho, tiene una lista sobre cosas que desea hacer con Leo. Sin embargo, los nervios le pueden, y durante la primera hora que pasan juntos ella siente que no está haciendo algo bueno. Se autocensura porque está reprimida después de tantos años. No se siente atractiva, está insegura sobre su cuerpo, sobre su edad, sobre todo lo que ha experimentado previamente. Leo, sin embargo, logra calmarla y hacerla sentir bien con su buena conversación. Ella esperaba a un chico atractivo pero no tan elegante y tierno. Poco a poco, la pareja va tomando confianza, y las máscaras que traían puestas al conocerse empiezan a caerse.
El trabajo de un gigoló
Leo Grande se presenta como un amante profesional, y así se anuncia en la página donde Nancy le encuentra. Al contrario que otros muchos, él no pone fotos trucadas ni trata de venderse mejor de lo que es. Posee un atractivo indudable y eso también ayuda a conseguir más clientas, así que tampoco tiene que esforzarse demasiado en mostrar su lado más sexy. Es un chico guapo, seguro de sí mismo, que trabaja en este tipo de servicios para poder pagarse la universidad, algo que también conmueve a Nancy. Leo podría ser un chico normal, y de hecho, durante toda la película nos muestran que lo es. Solo que cobra dinero por tener sexo con mujeres, y ofrecerles una experiencia que ellas llevaban deseando disfrutar desde hacía tiempo. Eso es ser un gigoló, al menos desde esta visión romantizada de los servicios sexuales.
Porque al final, no todos los gigolós son como Leo. Muchos tienen que verse obligados a hacer este tipo de trabajos para subsistir, no para pagarse una carrera. Hay hombres que, de hecho, tienen mucho más público gay que heterosexual, y a pesar de no tener ese tipo de tendencia, realizan servicios a otros hombres solo por el dinero. El trabajo de un gigoló suele ser mucho menos romántico que el que Leo hace en la película. Es una situación que puede darse, por supuesto, más aún cuando hablamos de mujeres de cierta edad. Pero es cierto que, como ocurre con Pretty Woman, el guión y la historia se ponen muy del lado de los dos amantes, obviando buena parte del contexto que hay a su alrededor.
Críticas a la película
Buena Suerte, Leo Grande fue una de las películas más aclamadas del 2022 en Reino Unido. El hecho de que Emma Thompson la protagonizara ya le daba mucho caché. La presencia de Dylan McCormack, su compañero de reparto y creciente estrella televisiva, también ayudó a que llegase a más público. Fue nominada a 4 premios BAFTA, los Oscar del cine británico, aunque no ganó ninguno. Las actuaciones de los dos protagonistas también les llevaron a obtener numerosas menciones en diferentes festivales. La película se estrenó en medio mundo, obteniendo una taquilla discreta pero razonable, según lo esperado. Muchos medios la incluyeron dentro del top 100 de mejores películas de 2022. Además, por su temática, abrió también un interesante debate no solo sobre los servicios sexuales sino también sobre el edadismo, esas parejas cuya diferencia de edad es considerable.